Primera Plana

El Blog de Rafael Álvarez Gil

Modelo BNG

Foto 13

Los números mandan. Y el BNG se antoja como referente desde hace un tiempo para las formaciones del nacionalismo de izquierdas y la izquierda canaria. Tal es así, que a ‘a sensu contrario’, el pragmatismo se acopla en el PSOE pues puede quedarse ceñido a pretender a CC (para ser su segundo de a bordo) y santas pascuas. A este respecto, lo que ocurra o deje de ocurrir en Valsequillo, a son de la moción de censura, será un termómetro. Lo que sucede es que tus adversarios huelen tu fortaleza o debilitamiento, y ese es el problema para el PSOE en cuanto que CC está marcando el terreno; entiéndase, especialmente, en Gran Canaria al promocionar otras marcas.

NC, Unidas Podemos, Sumar y Drago entablan perspectivas mutuas y miradas cómplices para articular un frente común de cara a las elecciones del 2027 en el archipiélago y, también, a Madrid. Ese intento está sobre la mesa. Puede acontecer que el peso de la voluntad de Madrid (de la dirección) en Unidas Podemos lo evite, mas sería un error para el partido en las islas. La guerra entre Irene Montero e Ione Belarra, por un lado, y Yolanda Díaz, por el otro, no solo es el mayor peligro actual para el PSOE en el ámbito estatal sino, además, fijándonos en Canarias, supondría una cortapisa inútil para la izquierda.

En Galicia el BNG ha afianzado una opción de amplias capas sociales que, incluso, ha superado al PSOE. De hecho, la alternativa hoy por hoy al PP en tierras gallegas es el BNG. Su líder, Ana Pontón, ha aunado moderación en las formas, simpatía como bandera y convicciones férreas. No es fácil. Vamos, se llama liderazgo. Tomó el mando del BNG en horas bajas y, sin embargo, ahora lo tiene en el Parlamento con 25 escaños. Se dice pronto. El BNG pasó de las 19 actas de 2020 (ya con Pontón) a las 25 en 2024, de una tacada; casi medio millón de votos atesora en la actualidad.

Pontón es, por consiguiente, un referente para el espacio de la izquierda plurinacional. A diferencia de la trifulca instalada en Madrid, la gallega sigue su rumbo autocentrada en su tierra y su gente. Pero defendiendo la firmeza democrática de poner pie en pared al neofascismo. Es, sin duda, un espejo en el que mirarse NC. Concurre la otra vía de emular un PNV, planteamiento de otros, ya fuera de NC, pero implica el severo riesgo de difuminarse ideológicamente. El debate y la iniciativa está servida.