Ocurrió en Telde: los episodios chuscos siguen degradando la política. Un concejal denuncia a su compañero de su mismo partido. Apela a amenazas. Invoca deudas pendientes. La formación es Más por Telde. El supuesto deudor sería las siglas fundadas por Juan Francisco Artiles o este mismo; extremo que convendría aclarar, también cómo se formalizó la entrega. El pretendido acreedor es Juan Pablo Rodríguez. La cantidad debida: 80.000 euros. Ninguna broma. Palabras mayores. Razón: Juan Pablo Rodríguez, al parecer, lo aportó para financiar tres campañas electorales de Más por Telde en la ciudad de los faycanes.
El contenido parece feo. Está en vía judicial. Y el berrinche y nervios previos tiene que ser de altura para que el asunto estallase entre ambos a plena luz del día. Y está previsto que este martes se celebre la vista en el Juzgado de Instrucción número 1 de Telde. Más por Telde es socio de Gobierno de Ciuca. El alcalde, como es natural, no se mete en este lío que, visto lo visto, es un tema interno.
Ahora bien, ¿a quién se le ocurre ir prestando una suma creciente hasta llegar a los 80.000 euros? ¿Cómo es que no paró Juan Pablo Rodríguez por el camino? ¿Qué le prometería Juan Francisco Artiles para que siguiese dejando dinero al partido?
La pugna es electoralmente sabrosa pues si esto va a más, a ver cómo esta formación se presenta tranquilamente a los comicios en 2027. En medio de la desafección creciente en la ciudadanía, episodios así relucen que (supuestamente) la política se ha convertido (especialmente la local) como un mecanismo de refugio prolongado en el tiempo. Porque también Juan Francisco Artiles, si es verdad lo de los 80.000 euros, tendría que haber sido el primero en decirle a Juan Pablo Rodríguez que no siguiese dejando dinero a Más por Telde. Por honestidad, por no llamar a engaño. Tiene la pinta que Juan Pablo Rodríguez no va a volver a ver el dinero y que se quedará mirando a la luna de Valencia. La frustración acumulada tiene que ser enorme. Vivir así, debiéndote tantos billetes, es más que una tomadura de pelo; es una razón de indignación o cosas mayores que digerirlo no es nada fácil. En fin, todo parece muy feo. Y vuelve a salpicar a la política de Telde. Es difícil imaginar algo similar en otro consistorio. Es un culebrón mayúsculo. Odio apache debe haber entre ambos. Muchas perras, demasiados disgustos acumulados. Vaya plan. A ver qué sentencia la justicia.
