Primera Plana

El Blog de Rafael Álvarez Gil

Avanza la extrema derecha

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Alarma catalana. El pasado domingo el diario ‘La Vanguardia’ nos dejó una encuesta, cuando menos llamativa, sobre la situación política en Cataluña en la que apunta el avance tremendo de la extrema derecha, bien en su versión hispana y mesetaria (Vox) como regional propiamente dicha (Aliança Catalana). El sondeo de Ipsos para el periódico histórico de la burguesía catalana, siempre capaz de entablar diálogo con Madrid, aventura un escenario de revolcón al alimón de la globalización, la cuestión migratoria y la ola reaccionaria. En concreto, Vox pasaría de 11 a 16 diputados y, por su parte, Aliança Catalana aumentaría de 2 a 19 escaños. Una barbaridad que catapulta al partido liderado por Sílvia Orriols, a costa (principalmente) de Junts que, viene a ser, la antigua CiU.

Sin Cataluña no se puede estabilizar constitucionalmente España. Sin Cataluña y su autogobierno asentado no hay forma de implementar la democracia en España. Una cosa va unida a la otra. Ocurrió con motivo de la Segunda República y otro tanto con la Transición. Si hay un revés electoral en tierras catalanas, tiene su eco inmediato en Madrid. Los cambios sociológicos comportados en Cataluña no pueden ser, bajo ningún concepto, analizados de manera aislada. Es más, si el auge de Vox fue una reacción al ‘procés’ catalán, ¿qué deparará este crecimiento vertiginoso de Aliança Catalana que barruntan las encuestas?

Así, se entiende mejor los temores del PP con respecto a Vox. Alberto Núñez Feijóo cabalga en los sondeos estatales pero no acaba de creérselo porque, en cualquier instante, un hecho sobrevenido (llámese Palestina o el tema territorial español) pueda tumbarlo como jefe de la oposición. Si el gallego cae, sería malo para el PP; apenas le queda banquillo y, al gallego, se le presupone una imagen de moderación que linda con la estabilidad que brinda el bipartidismo dinástico y sistémico.

Porque aquí sobresale otra clave: el sondeo que dio a conocer ‘La Vanguardia’ refleja asimismo que el PSC cae 6 actas, pasando de 42 a 36 representantes. De nada valdría el mandato de Salvador Illa que es, a estas alturas, el principal soporte (por no decir el único) de Pedro Sánchez. Por tanto, el otro actor del bipartidismo, el PSOE, está siendo destartalado en uno de sus feudos históricos (como lo fue Andalucía hasta hace una década mal contada). La marcha de la sociología tiene consecuencias políticas en el voto. La inmigración, la proletarización de las clases medias y la pérdida de la centralidad del trabajo en el mundo actual, nos aboca a transformaciones y dosis de inestabilidad. De hecho, el PSC (y el PSOE) era un partido de clases medias. Pero cada vez más cosas dejan de ser lo que eran… Cuidado con Vox y Aliança Catalana, traerán apuros en Cataluña y, por ende, al conjunto del Estado.