Primera Plana

El Blog de Rafael Álvarez Gil

Fiestas de San Francisco

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La tarde del lunes arrancaron las Fiestas de San Francisco al calor de la lectura del pregón. Lo distintivo de estas fechas señaladas es que casan el final del verano con el comienzo del otoño. Lo que, dada la luz especial de las tardes a estas alturas, cubren San Francisco de un aura especial. Este barrio, junto a San Juan, es el alma de Telde. Mas la demostración de arquitectura popular canaria que anida en las calles de la zona histórica, la convierten en un lugar entrañable, único, que estiman los teldenses. Por eso toda inversión de custodia aquí es poca, se antoja escasa; toca rescatarla año a año, mandato a mandato, para que no sea presa del olvido de los políticos de turno.

San Francisco es paz. Recorrer sus calles empedradas te traslada a otro mundo. Es una bendita soledad que, bien exprimida, te permite encontrarte contigo mismo, estimar lo que tienes, detectar bellezas y encontrar la armonía. El conjunto arquitectónico que tiene su epicentro en la iglesia y la plaza, la convierten en un espacio irrepetible en Canarias; motivo más que merecido para recibir visitas desde Gran Canaria y el resto de las islas.

Retrotraernos al ciclo justo posterior a la conquista es hacerlo a la vez a un laberinto de historias, trances, pasadizos imaginarios y personajes pintorescos que dan vida al pueblo, en este caso Telde, y que conforman parte importantísima de la historia colectiva de la ciudad de los faycanes. Históricamente los que vivían en San Francisco trabajaban para los de San Juan. Hoy los esquemas cambian, se amortiguan. Pero la mejor manera de entender Canarias es hacerlo a través de su pasado, de sus equilibrios de clases y desventuras ante el invasor o las maledicencias del infortunio.

La luz otoñal que sobrevuela estos días San Francisco, es un encanto de melancolía reposada. El resto del año se disfruta por igual; especialmente, si cabe, en verano o las mañanas soleadas de sábado durante todo el curso. Una auténtica joya en el centro teldense. San Francisco y San Juan, San Juan y San Francisco, son un binomio de vida colectiva canaria. Las casas de San Francisco nos transportan a lo realmente importante: ese remanso de conectividad espiritual que hace que la rutina se torne distintiva. Vive Dios que San Francisco merece la pena. Y que, al margen de sus fiestas presentes, toca reconocerlo todo el año. Su valor es inmenso.