Primera Plana

El Blog de Rafael Álvarez Gil

‘Paracuellos’

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Una forma complementaria e ideal de acercarse a la Historia es la del cómic. Es el caso de ‘Paracuellos’, del historietista Carlos Giménez, que con una clara vocación autobiográfica narra las andanzas y desventuras en un recinto del Auxilio Social en la posguerra española. Aquellos colegios, falsos refugios, orquestados por el régimen y su Movimiento Nacional para amparar a niños huérfanos, hijos de represaliados o exiliados, simplemente abandonados… tienen su fiel reflejo en las viñetas que Giménez estampa en esta serie. La alumbró en dos etapas, la primera a finales de los años setenta del siglo pasado, al calor de la Transición, y luego la dejó en seco para retomarla un par de décadas después. Y ahora tenemos la dicha de que ha salido una edición total que recoge todos los números y está especialmente ilustrada.

Adelanto que leer y detenerse en las páginas de esta obra es duro. Son historias de desamparo y tristeza de unos niños en medio de una España salida de la Guerra Civil que vive, encima, una dictadura engolada que no deja prisioneros. Recordemos que entonces, concluido el conflicto bélico, no hubo piedad por los vencedores hacia los vencidos sino que la dictadura después del 39 estuvo fusilando y metiendo en la cárcel a los desafectos al franquismo. Aquellos falangistas (también la Sección Femenina) hinchados por la soberbia de la victoria, y acompasados por una Iglesia católica que otrora aún respaldaba al régimen, fueron los que se hicieron cargo de los orfanatos y demás lugares de recogida de estas generaciones nacidas entre el hambre y la destrucción.

Por otro lado, irrumpe la ternura y bisoñez de esos mismos niños, sujetos a golpes, bajezas y miserias, que son capaces de relucir una sonrisa incluso en el peor de los momentos. Gusta cómo aflora el apoyo mutuo y solidaridad entre ellos para arrostrar las inclemencias y mezquindades de los regidores del centro. No es de extrañar que, con el paso de los años, muchos de esos niños arrastraran en la adultez falta de autoestima o problemas de otra índole. Fueron carne de cañón de incompetentes ideologizados y arribistas en busca de un puesto en aquella España de la dictadura despiadada; con la otra España exiliada, en la cárcel o ya en las cunetas.

Tanto que está en boga la memoria histórica (una tarea pendiente todavía, queda mucho por hacer) pues viene a colación estas historietas que Giménez sirve de homenaje a los más desfavorecidos de su generación y que hoy, además, se torna en una mirada añadida a nuestro peor pasado del siglo XX tamizada, eso sí, por la ingenuidad y ausencia de cariño en unos niños que tratan de saltar de un día a otro con más pena que otra cosa, a la espera que una mañana alguien vaya a buscarlos para sacarlos de la indecencia a la que están sometidos. ‘Paracuellos’ es, al fin, un recodo más, ciertamente áspero, de la España de la posguerra.